Helena (Adriana Ugarte) en una imagen de la serie. (Fuente: IMDB)
El pasado mes de octubre tuvimos la oportunidad de vernos con varios de los responsables de Hache, la última serie de Netflix sobre la Barcelona de 1960 que se centra en el Albatros, un club nocturno, y en Helena, una chica dispuesta a lo que haga falta con tal de sobrevivir y rescatar a los suyos.
En la cita pudimos hablar con Verónica Fernández, creadora de la serie, y con Jorge Torregrossa, director de la misma. Ambos han estado completamente vinculados al proyecto y nos hablan de uno de esos títulos en los que, comentes con quien comentes, deja la sensación de haber pasado por un proceso muy querido y muy vivido por todos.
Sobre la serie, la propia Verónica expone que “el foco está en Helena, pero que para nosotros va más allá del personaje. Es un símbolo. Es la chica del gángster que no quiere ser la chica del gángster, la mujer que sobrevive a través de todo y utilizando todo lo que está en su mano, la que defiende unos valores que van más allá de poner en peligro su propia vida. Podemos decir que Hache tiene una lectura que va mucho más allá del contexto histórico y que tiene que ver con algo que es más universal.”
De todo el camino, del propio rodaje y del proceso de creación nos fue posible preguntar a Verónica y Jorge.
‘Hache’ habla de muchas cosas y abre muchos hilos en sus primeros episodios. Por su complejidad, es una de esas series en que es difícil saber exactamente a quién está destinada o cuál es su esencia.
Verónica Fernández: Me pones en un aprieto, pero es la historia de una mujer que encuentra en el tráfico de heroína su manera de salir adelante. Es la supervivencia de Helena, todo lo demás es un añadido.
Hablando con los actores, todos comentan el particular ambiente que ha habido durante el rodaje y la libertad que se han encontrado a la hora de grabar para hacer suyos los personajes. ¿De dónde nace esa libertad?
V.F.: Cada proyecto es de una manera, este es un proyecto que me hacía mucha ilusión que saliera. Desde el principio ha sido una aventura en la que he estado con Jorge y hemos hecho el viaje juntos, eligiendo a los actores y trabajando conjuntamente. Es un proyecto en el que todos podían aportar mucho y definir. Creo que tanto Jorge desde la dirección, como yo desde el guión, y junto a todo el equipo, hemos ido consensuando y abriendo el debate, generando un gran ambiente de trabajo y de exigencia.
Esta serie tiene una exigencia bastante dura desde su tema y, si no hubiéramos tenido un elenco y un equipo técnico implicado de esta manera, no habría salido adelante. Hay cosas que a veces te daba hasta pudor pedir a los actores por lo descarnado que podía ser y por tener que poner toda la piel, y creo que los dos hemos luchado para que se sintieran bien y una parte muy importante.
La historia de ‘Hache’ parte de un contexto del que se ha hablado mucho, como es el franquismo, el tráfico de drogas de mediados de siglo o las historias portuarias, pero logra hacerlo de una forma poco tópica. ¿Cómo nace la idea de hablar de todo ello sin necesidad de verse explícitamente?
V.F.: Esta serie nace al descubrir que Barcelona estaba en el mapa del viaje de la heroína para mandarla a Estados Unidos, me pareció una idea estupenda para mostrar. Queríamos hacer una Barcelona que tuviera un pie en el cine negro del que todos hemos bebido y nos encanta y, por otro lado, una pata en una situación muy real y nada condescendiente con la época. Esa mezcla es la que hace que Hache sea distinta. Es verdad que puedes ver imágenes y puedes reconocer esos tópicos, pero luego no son los motores de la historia.
Jorge Torregrosa: Desde el principio hubo un trabajo para que esas sensaciones de ser un proyecto que no se ha visto nunca pudieran llevarse a todas sus consecuencias. No estamos contando la historia de España, pero la policía es una parte importante de la historia, donde la policía es de Régimen y está la foto de Franco presidiendo; y donde su mayor deseo es tapar las cosas y que parezca que todo va bien. Toda la fase de documentación se respira en la historia.
Siendo una serie en la que no se ven las imágenes de Barcelona a las que estamos acostumbrados, el aire de la ciudad es perfectamente reconocible. ¿Cómo ha sido la decisión de rodaje respecto a qué lugares mostrar y cómo hacerlo?
J.T.: Desde el primer día fue una cosa que nos ocupó bastante. Queríamos que respirara de Barcelona, pero llegamos al proyecto ya con la idea de que no íbamos a mostrar la postal clásica. La ciudad y los barrios debían respirar como los personajes, pero estando de fondo de la historia de Hache. Rodar época y rodar un lugar como este trae una serie de dificultades prácticas muy grandes, pero sabíamos que de alguna forma tenía que estar. Por eso se muestra la Modelo, la plaza Real, el Borne, el mirador de Miramar o el Tibidabo. Por cuestiones prácticas buscamos cosas fuera, y la suerte es que Barcelona está rodeada de ciudades que se hicieron al modelo y a la escala, como es Manresa, y gracias a eso respiramos y pudimos hacer el exterior del Albatros.
V.F.: Veníamos con una productora de Madrid y excepto nosotros, y alguna parte del elenco, todo el equipo ha sido catalán y nos ha dado una Barcelona que está más allá del guión y de lo que nosotros podíamos imaginar. A su vez, nos han dado opciones que han enriquecido muchísimo la serie y que ha hecho que el equipo esté orgulloso de poder mostrar testimonios de la Barcelona que dejó o dejará de existir.
J.T.: Ha sido un trabajo precioso e Irene Moncada hizo unos dossieres de referencias fotográficas que hemos utilizado prácticamente como biblia. No queríamos usar referentes bibliográficos. De ahí hemos bebido para todo, para vestuario, para figuración y hasta para situaciones reales de la ciudad.
V.F.: Si nosotros no hubiéramos tenido ese equipo catalán que hubiera estado impregnado de Barcelona, no hubiéramos podido reflejar un montón de cosas que el propio equipo ha aportado. Es muy bonito lo que nos han podido sumar de la parte de recuerdo personal y familiar que, sin un equipo catalán, no habríamos podido tener.
Alejandro Vinuesa (Eduardo Noriega). (Fuente: IMDB)
El personaje de Helena tiene mucho del barrio chino barcelonés, que viene de la nada escapando del hambre. ¿Cómo ha sido meter a un personaje así en un entorno como el del Albatros, que emana glamour?
V.F.: Pensando en el contraste pensamos en Helena. Queríamos hacer una historia de gángsters y de supervivientes en Barcelona, así que cogimos una parte de la historia real, como es esta obrera de una fábrica textil, que venía de esa Castilla profunda y que se tenía que ganar la vida porque no hay más alternativa que la de regresar. Nos parecía que el camino que ella podía hacer en el Albatros era un recorrido riquísimo. Cómo esta mujer iba transformándose en otra cosa y cómo utiliza todos los elementos para poder salir hacia adelante. Tiene una meta clarísima y utiliza todos los elementos al alcance.
J.T.: La serie se alimenta de los contrastes. Incluso pensando en Malpica, tiene sobre todo dos caras. Es un tipo encantador, sonriente y sofisticado y, de golpe, sube a su casa o se mete en el despacho y se convierte en un monstruo. A partir de ahí, la serie está jugando todo el rato con el contraste.
‘Hache’ es una serie muy coral en la que los propios secundarios son actores con larga carrera. ¿Hasta cuánto es una decisión premeditada?
J.T.: Totalmente. La directora de casting es Mireia Juárez y ha intervenido en cada persona que sale y abre la boca, aunque diga una sola frase.
V.F.: Además hicimos algo que nos dejó exhaustos, pero que creíamos que era muy importante, y es sentarnos con cada personaje, aunque fueran solo capitulares, y contarles la serie y cada personaje. Nos dejó cansadísimos, pero nos lo han agradecido por facilitar el trabajo y por hacerles partícipes de algo más grande. Nadie ha venido a una secuencia, sino a formar parte de una serie.
‘Hache’ está disponible en Netflix.
