Peter Capaldi, como el 12º Doctor. (Fuente: BBC)
Julio de 2017 fue, para muchos aficionados a la ciencia ficción, un momento definitorio. Toda una institución del género y de la televisión y la cultura británicas, Doctor Who, anunciaba quién iba a ser el nuevo actor que tomara las riendas de la TARDIS tras la marcha de Peter Capaldi, que había sido durante tres temporadas el 12º Doctor. Hacía meses que se sabía que también iba a haber cambio en la producción ejecutiva, con Chris Chibnall (Broadchurch) asumiendo el cargo de Steven Moffat, y volvían las habituales apuestas en los medios británicos sobre quién sería el nuevo Doctor.
Durante años, cada vez que la serie se encontraba en esa tesitura, surgían voces que reclamaban que el personaje dejara de estar interpretado por un hombre blanco. Aunque en esta etapa moderna el Doctor ha estado acompañado de un reparto bastante más diverso, él ha seguido la misma línea desde su debut en 1963, variando como mucho las edades de los actores (de los 26 años de Matt Smith a los 55 de William Hartnell y Capaldi), y con cada regeneración aparecía la esperanza de que eso cambiara. Las casas de apuestas tenían como sempiternos candidatos a Paterson Joseph y a Olivia Colman.
Quienes pedían que el Doctor se regenerase físicamente mucho más de lo acostumbrado aguardaban con interés la revelación de su nuevo rostro, que la BBC se reservó para después de la final de Wimbledon de aquel año. Y aunque se había filtrado su nombre por la mañana, fue toda una sorpresa encontrarse con Jodie Whittaker bajo la capucha de aquella sudadera negra.
Una mujer. Todavía en la treintena y blanca, por lo que tal vez no era la renovación radical que pedían algunos fans, pero era un paso muy importante hacia la entrada definitiva de Doctor Who en el siglo XXI. Además, que hubiera una Doctora era una de las reivindicaciones más longevas del fandom, por lo que tenía todo el sentido, y más cuando la novena y la décima temporada de la serie habían mostrado una regeneración femenina del Amo, otro Señor del Tiempo como el Doctor y uno de sus villanos más clásicos.
No faltaron los críticos que enarbolaron esa queja habitual, y utilizada de manera errónea, de que un exceso de “corrección política” había llegado a Doctor Who (queja que suele ocultar ideas bastante más reprobables de quienes la emplean); quienes se enorgullecían de ser fans de verdad querían que la TARDIS estuviera conservada en el formol que amenazaba con ahogar la serie.
Porque Doctor Who necesitaba un giro de timón de este calibre para renovar sus energías, para que la regeneración no se quedara sólo en el aspecto físico de su protagonista.
Hay que tener en cuenta no sólo que es una ficción que va a cumplir 54 años en antena (aunque de manera interrumpida), sino que su época moderna ya lleva trece en la parrilla de la BBC. Pensad en cómo son Anatomía de Grey, o Ley y orden: UVE o Cuéntame cómo pasó: series tan longevas ya han perdido la frescura que las hizo destacar en sus inicios, ya han sobrepasado su época de madurez, y tienen que recurrir a otras cosas para mantener el interés del espectador. Es cierto que Doctor Who cuenta a su favor con esa renovación periódica de protagonista y productor ejecutivo, pero ya al final de la era de Once (Matt Smith) se le notaban los años.
Peter Capaldi y Pearl Mackie, en la 10ª temporada. (Fuente: BBC)
Donde más, en sus audiencias. Durante años, Doctor Who ha sido el visionado en familia de los sábados por la tarde, pero ha ido dejándose espectadores por el camino con cada nueva temporada. Antes de que se conociera la identidad del 13º Doctor (Doctora), The Guardian se preguntaba qué tenía que hacer la BBC para que la serie no perdiera la relevancia cultural y popular que había vuelto a ganar desde su regreso en 2005. Apuntaba que es una ficción muy exigente para sus productores ejecutivos, que siempre se quedaban secos de ideas al final, y que necesitaba reconectar con la generación que ve las series en maratón y que se ha acostumbrado a ver a otro tipo de héroes en pantalla. Y de heroínas, porque mientras Doce recorría el tiempo y el espacio, a la televisión y al cine llegaban Jessica Jones, Supergirl, Wonder Woman y Rey, entre otras.
Que para la undécima temporada (que se dice pronto) sea una mujer la que blanda el destornillador sónico y lidere estas aventuras es, precisamente, uno de esos pasos que Doctor Who debía dar para entrar, realmente, en una nueva era. Aunque el Doctor siga siendo el Doctor, por muchas regeneraciones que haya vivido, que ahora tenga un cuerpo femenino va a cambiar, probablemente, la manera en la que se muestren algunas situaciones. La propia Jodie Whittaker ha apuntado que el punto de vista sobre determinadas cosas va a ser ligeramente distinto, que es lo que una serie tan veterana, y casi podríamos decir vetusta, necesita.
Y esto no quiere decir que los anteriores actores que se han enfundado el traje del Doctor hayan arruinado su legado. El principal inconveniente al que se enfrentó Peter Capaldi fue el agotamiento creativo de sus responsables, porque él dio siempre una interpretación fantástica. La serie estaba atascada en los mismos patrones narrativos con los que había arrancado su era moderna, y ya no conectaban con el público de la misma manera.
La 13ª Doctora y sus nuevos acompañantes. (Fuente: BBC)
La undécima temporada, que empieza en BBC el 7 de octubre, tiene el enorme reto de recuperar la fascinación de una audiencia que puede sentir que ha dejado atrás a la serie. Doctor Who siempre ha apostado por el sentido de la maravilla, la diversión, la aventura y, de una manera aún más decidida en esta última década, por la inclusión, la tolerancia y la falta de prejuicios. El Doctor siempre concede una segunda oportunidad y siempre intenta solucionar los conflictos sin recurrir a la violencia. No va armado más que con su intelecto y sus dos corazones, y eso suele ser siempre suficiente.
En las primeras críticas que han ido apareciendo del estreno de la nueva temporada (proyectado en un evento especial en Sheffield) se destaca que el espíritu del Doctor está intacto en Trece y sí que se apunta el esfuerzo de producción para darle mayor empaque visual a la serie. Doctor Who abre una nueva etapa, una en la que bastantes espectadores nuevos querrán acercarse por curiosidad a ella, y tiene que aprovecharla. De todos modos, por muchos cambios que se introduzcan, es seguro que las aventuras de la Doctora van a ajustarse a las últimas palabras con las que se despidió Doce, su predecesor: “Corre rápido. Ríe mucho. Sé amable”.
La décima temporada de ‘Doctor Who’ ya está disponible en Netflix España.