Anya Taylor-Joy asciende por hipermasculinizado ajedrez de la Guerra Fría. (Fuente: Netflix)
Netflix se ha propuesto lo imposible: hacer el ajedrez entretenido. Podría conseguirlo con Gambito de dama, miniserie centrada en el más elegante y soporífero de los deportes, que se estrena este viernes 23 de octubre. Con Anya Taylor-Joy al frente, la plataforma ha convertido un guion de cine basado en una novela de los ochenta en un drama personal episódico sobre la obsesión que puede presumir de cuidadísima factura.
Taylor-Joy, la gran revelación artística de la película Múltiple, de M. Night Shyamalan, interpreta a Beth Harmon, una niña prodigio que asciende como un cohete por las clasificaciones dominadas por hombres del ajedrez de la Guerra Fría. La inglesa-argentina da vida a la versión juvenil de una niña a la que conoceremos primero como interna de un orfanato de Kentucky del que se marcha con dos importantes souvenirs: el descubrimiento de su talento innato para el ajedrez y una adicción de caballo a los sedantes que se administraba en los 60 a los niños para tranquilizarlos.
Las drogas impelen y lastran al mismo tiempo a la jugadora, que según algunos recuerda a los papeles de mujeres peleonas de Grace Kelly o Barbara Stanwyck y a quien The New York Times ha definido como “la Rocky de las mujeres que piensan”. En su camino hacia lo más alto del ajedrez mundial acompañan a Taylor-Joy intérpretes como Thomas Brodie-Sangster (El corredor del laberinto, Juego de tronos), Bill Camp (12 años de esclavitud), Harry Melling (Harry Potter o la más reciente El diablo a todas horas) y una sorprendente Isla Johnston, que encarna a la Beth más tierna, enviada al hospicio tras la muerte de su madre en un accidente del que ella salió ilesa.
En los capítulos de Gambito de dama, que oscilan entre los 46 y los 67 minutos, no se ha colado ni un gazapo. Se ha cerciorado de ello Garri Kaspárov, campeón del mundo de ajedrez del 1985 al 2000, que ha ejercido de consultor en la serie. El jugador asegura que el retrato que ahí se hace de la técnica del ajedrez, incluyendo las distintas posiciones de las piezas en el tablero y el particular ambiente que se genera en una batida de esta disciplina, es más exacto de lo que lo ha sido nunca en una ficción de pantalla.
La finura de la miniserie quizá solo la supere la novela homónima en la que se basa. Escrita en 1983 por Walter Tevis (también autor del libro que inspiró la película de Scorsese El color del dinero), la historia de Beth Harmon estuvo a punto de saltar a lo audiovisual en los 90, cuando Allan Scott (Amenaza en la sombra) se arrogó los derechos para adaptarla y escribió un guion de cine en el que llegó a mostrar interés Bernardo Bertolucci. Después se supo la película la dirigiría Heath Ledger, con Ellen Page en el papel protagonista. La muerte por sobredosis del intérprete del Joker condenó al proyecto al mismo destino, hasta que se decidió convertirlo en serie.
Ese mismo Allan Scott figura como codesarrollador de la serie junto a Scott Frank (Logan, Godless), guionista dos veces nominado al Oscar y verdadero creador de la serie. Los dos comparten la producción ejecutiva con William Horberg (Synecdoche, New York). Frank también dirige, con una mutable paleta de colores pastel que otorga un místico tempo a la narración, los siete episodios de los que finalmente se compone la serie, rodada entre Ontario y Berlín. Netflix había encargado, en marzo de 2019, una miniserie de seis cápsulas, pero el realizador acabo necesitando una más: había demasiadas partidas que mostrar.
‘Gambito de dama’ se estrena completa bajo demanda el 23 de octubre en Netflix.