(Fuente: Netflix)
Una semana después del estreno de la última entrega de The Crown, los seguidores del drama histórico de Netflix seguimos preguntándonos cómo de rigurosas han sido las tramas creadas por Peter Morgan con la Historia. Y aunque hay algunas de las que ya podemos imaginarnos si corresponden a la realidad o a la ficción, hay otras sobre las que es imposible no sentir cierta curiosidad.
Lo mejor de que The Crown esté basado en un personaje tan conocido es que, durante décadas, se han publicado artículos y biografías que nos ayudan a despejar las dudas. Y esto es lo que hemos descubierto sobre el rigor histórico de las tramas que componen los nuevos capítulos.
La relación antes de la boda
(Fuente: Netflix)
Que Carlos salió con Sarah Spencer antes que con su hermana Diana es conocido por todo el mundo y también que el desgraciado matrimonio se conoció cuando él estuvo en la casa familiar para salir a cazar con la que por aquel entonces era su novia. Pero Peter Morgan quiso darle un tono más romántico al primer encuentro disfrazando a la joven Diana, que entonces solo tenía 16 años, del personaje de Sueño de una noche de verano, el Árbol Loco.
Tal vez esta licencia se la tomó para utilizarla posteriormente en el reencuentro de la pareja a la salida de la exhibición hípica de Ana. Porque, en realidad, este se produjo en casa de un amigo común, y fue entonces cuando ella le expresó sus condolencias por la muerte de Lord Mountbatten. Eso sí, según contó la propia Lady Di en el documental Diana: In Her Own Words, al minuto siguiente de hacerlo Carlos saltó sobre ella, algo que le pareció extraño, pero que asumió porque nunca había tenido pareja.
Sobre el noviazgo que tanto entusiasmó a la sociedad y a la prensa británica, Diana lo describió diciendo “nos conocimos 13 veces y nos casamos”. Entre esas veces estuvo su viaje a Balmoral, en el que se desenvolvió con soltura, al contrario que Margaret Thatcher, porque Jane, otra hermana de Diana, tenía una casa en Escocia y ni el paisaje ni las costumbres de la zona le eran ajenas. Lo que no es cierto es que saliese a cazar con Felipe, aunque los biógrafos del Príncipe de Edimburgo siempre han afirmado que la acogió bajo su protección e, incluso, mantuvieron una larga correspondencia porque siempre le gustaron aquellos que, como él, eran forasteros dentro de la familia.
En lo que respecta al compromiso de la pareja, la caja de la que Lady Di sacó su anillo de compromiso fue una situación real, aunque para ahuyentar los posibles cotilleos de los empleados se les dijo que el Príncipe Andrés recibiría un anillo de sello especial por su cumpleaños. Y en lo que se refiere al momento de hacerlo público y compartirlo con la prensa, como podemos ver en el vídeo, la terrible frase de Carlos, “lo que sea que signifique el amor” fue muy real, y muy espontánea. Algo que según comentó la princesa posteriormente, le pareció un comentario extraño que incluso llegó a traumatizarla.
La bulimia
Puede que a los espectadores más jóvenes les haya resultado sorprendente el desorden alimenticio de la princesa, pero en los años 90, cuando muchas de las desgracias de la pareja salieron a la luz, ya se hizo público. Lo que no está tan claro es que se comentase dentro de palacio con tanta libertad como podemos ver en la serie.
En las cintas publicadas por el biógrafo de Lady Di Andrew Morton en 1997, el año de su muerte, se pudo oír a Diana comentando que “la bulimia comenzó la semana después de comprometernos. Mi esposo puso su mano en mi cintura y dijo ‘Oh, estás un poco gordita aquí, ¿no?’ y eso desencadenó algo en mí. Eso y lo de Camilla. Estaba desesperada, desesperada “.
Lo de Camilla
(Fuente: Netflix)
Debo reconocer que desde que vi el encuentro de Diana y Camilla en el restaurante londinense no puedo dejar de pensar en si, realmente, la cita se produjo en el Ménage a Trois, un local de moda en la ciudad durante los años 80 que en la actualidad no existe. Por si la mala leche del nombre del lugar escogido no fuese suficiente, Morgan termina el encuentro con un “estoy a favor de compartir” por parte de Camilla, que tampoco parece que fuese cierto. Según recogió Morton, para Diana el encuentro fue “una reunión animada, en la que estuvimos charlando y poniéndonos al día”. Posteriormente, en la biografía de Camilla se comentó que ambas se conocían de antes e incluso la joven le ayudaba con sus hijos, Tom y Laura.
Entre lo que no hemos visto, y realmente sucedió, está la conversación que Diana y Camilla mantuvieron en 1989, cuando coincidieron en una fiesta. Según confesó la princesa “ella me dijo: ‘Tienes todo lo que siempre quisiste. Tienes a todos los hombres del mundo enamorados de ti y tienes dos hermosos hijos, ¿qué más quieres?’ Entonces dije: ‘Quiero a mi esposo’”.
Para aquellos que, como yo, se han perdido entre tanta llamada telefónica y tanto quiero y no puedo es importante recordar que Carlos y Camilla rompieron en 1972, ella se casó un año después y en 1978 reanudaron la relación que se detuvo en 1981, cuando Carlos se comprometió y volvieron a la relación exclusivamente telefónica, según las fuentes conocedoras del trajín. El romance se reanudó en 1986, después de que Diana ya hubiese mantenido una relación con su guardaespaldas Barry Mannakee, pero antes de que comenzara una de sus relaciones más sonadas, la que mantuvo con James Hewitt desde noviembre de ese año.
Australia
(Fuente: Netflix)
Son muchos los que afirman que el momento en el que Diana se proclamó, involuntariamente, “Princesa del Pueblo” fue durante la gira por Australia. Un viaje que llevó a la pareja a un acercamiento hasta que el príncipe sintió celos y envidia de que la gente tuviese más ganas de verla a ella que a él. Paradójicamente, Diana también estaba molesta por el interés que despertaba, especialmente cuando se dio cuenta del efecto que esto tenía en Carlos. Hasta tal punto que incluso la princesa llegó a llorar en público durante el evento de la Ópera de Sydney. Algo que, lejos de aprovecharlo, Morgan decide convertirlo en uno de los pocos momentos en los que Carlos halaga públicamente a su esposa.
Según Morton, la gira por Australia fue para Diana “un aterrador bautismo de fuego. Ella apenas tenía 21 años, era realeza recién acuñada que estaba petrificada de enfrentarse a la multitud, conocer a los innumerables dignatarios, así como al legendario ‘grupo de ratas’ real, el circo mediático que sigue a la realeza en todo el mundo”.
Diana en Nueva York
El momento de mayor trascendencia mediática del viaje de Lady Di a Nueva York, en el que abraza a un niño con sida, no es real, pero eso no significa que Morgan se lo inventase. Más bien fusionó la vertiente más comprometida de la princesa. En el hospital estadounidense los medios no estaban permitidos, pero los médicos elogiaron posteriormente la actitud y el interés de la princesa por concienciar sobre la enfermedad y acabar con el estigma. Algo que Diana ya había hecho unos años antes en un hospital británico, donde las cámaras sí pudieron captar el momento en el que estrechaba la mano de varios pacientes con la misma dolencia sin utilizar guantes, una imagen que ayudó a cambiar la percepción que la gente tenía de la enfermedad en ese momento.
Uptown Girl
(Fuente: Netflix)
Entre los momentos más sorprendentes de la temporada está la actuación secreta de la princesa en la gala privada del Royal Ballet. Wayne Sleep, su compañero de baile, ha relatado varias veces en la prensa su momento de gloria y ha reconocido que “en un momento hice una pirueta y ella me empujó hacia abajo; luego la cargué por el escenario. Recuerdo haber pensado: ‘No dejes caer a la futura reina de Inglaterra’”.
Fagan
Las versiones sobre la incursión más inesperada y polémica en Buckingham han ido cambiando con el paso de los años. En 1982, los periódicos recogieron el incidente señalando que Michael Fagan “se sentó en la cama a dos metros de la Reina, le dijo que la amaba y amenazó con suicidarse con un trozo de vidrio roto”. También se comentó que la Reina estuvo hablando de sus hijos con el intruso, para distraerlo mientras llegaban los miembros de seguridad. Treinta años después, el propio Fagan comentó que no sabía en realidad por qué lo había hecho y que su visita tal vez se podía deber a las secuelas de comer setas alucinógenas.
Lo que parece claro es que, con la vertiente social y política de la conversación que mantiene la reina con el visitante, Morgan ha tratado de reflejar la difícil situación que atravesaban los ciudadanos británicos, algo que tal vez era una necesidad después de sacar de las tramas las huelgas de mineros que tan importantes fueron en esa época.
Dakar, las Malvinas y los favoritos
(Fuente: Netflix)
Otra de las licencias que se toma el creador a la hora de dar forma a la serie es la línea temporal del arranque de 1982. Porque la trama de Margaret Thatcher puede llevarnos a pensar que el deseo de la dirigente por comenzar lo que terminó siendo la Guerra de las Malvinas estuvo impulsado por la frustración de no encontrar a su hijo perdido en el Dakar, pero ambos eventos sucedieron con tres meses de diferencia.
Aunque el mayor atrevimiento creativo de ese episodio se lo tomó Morgan a la hora de dedicarle a la reina su primer episodio al completo, entregándola a la tarea de encontrar su hijo favorito. Los expertos en la materia coinciden en señalar que es completamente descabellado pensar que la monarca dedicaría algunos almuerzos a tomarse la molestia de descubrirlo. En lo que no están de acuerdo es en señalar quién sería el elegido, ya que algunos señalan a Eduardo, por ser el pequeño, mientras que otros creen que sería Andrés, por ser el primero en el que pudo implicarse más en su crianza, al estar más asentada en su papel de reina.
Discrepancias en portada
En el octavo capítulo la ficción recoge el escándalo que produjo que las desavenencias entre la reina y Margaret Thatcher llegasen a la prensa. Y aunque el cabeza de turco fue, como vemos en pantalla, el escritor Michael Shea, los hechos que llevaron a las portadas la supuesta enemistad entre ambas difieren con la realidad. Shea habló con la prensa, pero el periodista que consiguió las declaraciones le dijo que estaba escribiendo una historia sobre el papel de la monarquía en aquella época. Según el secretario de prensa, fue el reportero el que malinterpretó sus palabras (qué novedad), ya que él le habló en términos generales. Posteriormente, en la biografía de Thatcher se explica que Isabel llegó a disculparse con ella por el artículo.
La realeza escondida
(Fuente: Netflix)
Una de las tramas más controvertidas de la temporada ha sido la que se centra en Margarita y su sorprendente vocación de investigadora. Pero no fue ella, sino la prensa, la que descubrió que la familia real tenía escondidos a algunos de sus miembros en un asilo para deficientes mentales cuando, en 1986, murió una de las primas de la reina, Nerissa Bowes-Lyon. Para entonces llevaba recluida en la institución cuarenta años junto a su hermana Katherine Bowes-Lyon, que falleció en 2014, y tres de los primos segundos de Isabel II.