Las cancelaciones son el pan nuestro de cada día en el mundo de las series. Hay quien creía que con la llegada de las plataformas nos íbamos a llevar menos disgustos a este respecto, pero la reciente cancelación de Reyes de la noche por motivos desconocidos o de Territorio Lovecraft, a pesar de tener entregada ya la biblia de la segunda temporada, nos ha recordado que sigue siendo el ciclo sin fin que lo envuelve todo. A veces por las razones más peregrinas, otras por las más indignantes. Aquí recordamos otras cancelaciones que nos han roto el corazón por los motivos más peculiares.
‘Ellen’
No vamos a negar que en los últimos años Ellen DeGeneres nos ha dado unos cuantos disgustos, pero eso no quita que lo que ocurrió en los noventa sea menos indignante. Que la cómica utilizara su propia serie para salir del armario provocó todo un tsunami mediático. Tuvieron que lidiar con la intensa y violenta respuesta de grupos homófobos, lo cual obligó en primer lugar a que tuvieran que añadir un aviso en una serie perfectamente apta para todos los públicos. Pero no fue suficiente, siguieron quejándose porque se centraba demasiado en temas LGTB y la serie terminó por cancelarse. Y muchos de los actores que apoyaron a Ellen, como Laura Dern, pagaron las consecuencias en forma de escasez de trabajo durante bastantes años.
‘Veronica Mars’
Es verdad que Veronica Mars luego volvió en dos ocasiones: la primera por pura fuerza de voluntad de sus seguidores que no dudaron en rascarse el bolsillo para conseguir una película; la segunda, con una temporada en 2019 que preferimos olvidar. Pero, allá por 2006, la cancelación de esta ficción protagonizada por Kristen Bell, encarnando a una detective adolescente con una ironía que pondría en apuros a Phillip Marlow, fue un gran golpe.
Sobre todo, porque no fue una cuestión de malas audiencias, es más, sus seguidores eran muy fieles y en las últimas dos temporadas sus datos habían ido hacia arriba. Veronica Mars fue víctima de la estrechez de miras que ha caracterizado siempre a The CW. No sabían cómo etiquetarla: no era un drama adolescente como podía ser One Tree Hill, The OC o Las chicas Gilmore, pero tampoco encajaba con otras de tono más intenso. Como no sabían encasillarla, no tuvieron nada claro cómo programarla y decidieron tomar la calle de en medio y, en su lugar, programaron un reality sobre las Pussycat Dolls. La prueba de que se equivocaron es que todavía nos lamentamos por lo que pudo haber sido con Veronica, pero nadie echa de menos el programa de las Pussycats.
‘Batman’
¿Cómo olvidar al Batman de Adam West? Es verdad que las audiencias no terminaban de acompañar, aunque, en realidad, la culpa de que nos quedáramos sin más episodios de West en calzoncillos púrpura de satén fue la falta de comunicación. ABC canceló la serie porque bajaron los ratings y NBC decidió rescatarla… solo para encontrarse que con el set se había destruido.
ABC no había recibido la oferta de NBC hasta pasadas un par de semanas desde la cancelación y la Batcueva –entre otras localizaciones- habían sido demolidas para dejar hueco a nuevas series de la cadena. NBC echó cuentas y reconstruirlo todo hubieran sido unos 800.000 dólares. No vamos a culparles por volverse a pensar todo el asunto y decidirse por no seguir adelante. Que es una cantidad que solo le hubiera resultado poca cosa a Bruce Wayne.
‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’
Con plataformas como Netflix es muy difícil –por no decir imposible- saber las cifras exactas de espectadores. No obstante, dudamos mucho que la serie de la bruja adolescente fuera corta de visionados. Aún así, la ficción llegó a su fin este año tras cuatro temporadas. ¿Por qué? Por el mismo funcionamiento del gigante de streaming: tienden a centrarse en producir series nuevas que atraigan a nuevos suscriptores, por lo que a la tercera o cuarta temporada las series originales de la cadena suelen llegar a su fin, aunque tengan mucho éxito bien de crítica, bien de público. Lo cierto es que, además en este caso, esta política llevó a un final que no dejó nada satisfechos a los seguidores de la serie. Una cosa es que tu serie gire en torno a las fuerzas oscuras y otra que dejes a los espectadores con un final infernal.
‘Young Justice’
A veces la cancelación ni siquiera depende de los resultados de audiencia. No hay más que mirar el caso de Young Justice. Los ratings funcionaban perfectamente, los fans estaban encantados con el devenir de la trama y no es raro encontrarla en listados sobre lo mejor de la animación de DC… pero, aunque no os lo creáis hay una manera incorrecta de ser popular en televisión. El público era principalmente femenino y eso, según los grandes cerebros de la cadena, provocó que el merchandising no se vendiera lo suficiente. Como dijo elocuentemente Paul Dini en una ocasión, las chicas «no compran juguetes». Más tarde Greg Weisman uno de los productores quitó importancia al aspecto de género, pero sí que admitió que Mattel había financiado la serie y no estaba logrando el retorno de ingresos adecuado.
‘Gárgolas’
También puedes ser un éxito televisivo por derecho propio y que se te ponga en medio del camino ni más ni menos que O.J. Simpson. Su juicio, más concretamente. Eso es lo que le ocurrió a Gárgolas, la mítica serie de dibujos animados. Según Greg Weisman, el famoso litigio obligaba continuamente a cortar los episodios o directamente a no emitirlos para dejar paso a las noticias. Al final la gente perdió el hábito de ver la serie y eventualmente se canceló.
Pese a su cancelación -y a que Disney se quedó con la espinita de que no superó a los Power Rangers en popularidad– muchos seguidores pidieron que la serie continuara de alguna forma, algo que sucedió en forma de cómics. Quién nos iba a decir que entre las abundantes cosas que se pueden echar en cara a O.J. Simpson estaría la desaparición de una de las series animadas con mayor carisma de la televisión. La vida nunca dejará de sorprendernos.
‘Anne with an E’
No podemos olvidarnos tampoco de las tensiones entre cadenas y plataformas… que acabamos pagando los espectadores. Anne with an E era una delicia: una ficción encantadora, pero que no tenía miedo de tratar ningún tema, con un profundo aprecio al material original, aunque sin olvidar los aspectos más oscuros de la época que recreaba. Los fans eran muy leales, aunque en el caso de CBC –la televisión pública canadiense- no correspondían al perfil demográfico que buscaban. Esto, sumado a que CBC no estaba muy contenta con Netflix y rompieron su acuerdo con la plataforma para priorizar los intereses canadienses, precipitó la cancelación de la serie basada en las novelas de Ana la de las tejas verdes.
La presidenta de la cadena llegó a afirmar en Financial Post que «Muchos países hemos llegado a acuerdos similares al que nosotros hemos llegado con Netflix… y con el paso del tiempo hemos comenzado a ver que estamos alimentando su crecimiento, o el de Amazon, en lugar de fomentar nuestros negocios e industria locales». Así, por razones económicas, se puso punto final en la cadena pública a la serie. Por su parte, Netflix no la rescató pese a la movilización de sus seguidores. Ahora, con el estallido de la verdadera dimensión del horror y del genocidio que supusieron las «residencias» indígenas en Canadá, no faltan quienes se preguntan si la trama de la pequeña Kakwet y el interés de la serie por continuar esta trama no sería también un factor de peso en la decisión de terminar la serie en la tercera temporada.