1 de 2. Este artículo forma parte de una serie de dos, destinada a los no iniciados en la franquicia Star Wars que quieren verla pero no saben por dónde empezar.
Las cosas se han complicado un poco en el universo de La Guerra de las Galaxias desde que, en 1977, George Lucas estrenara -por aquel entonces todavía sin el añadido de “Episodio IV”- la primera película de la franquicia, Star Wars: Una nueva esperanza. A ese momento siguieron dos trilogías cinematográficas bajo el mando de Lucas, cientos de páginas de libros y cómics, videojuegos y series más o menos afortunadas. Y luego una venta de derechos a Disney. Un borrón y cuenta nueva, otra trilogía que borraba casi todo lo que no era la historia principal y una nueva tanda de proyectos que pretenden poner el peso del futuro de la saga en la pequeña pantalla bajo la mirada vigilante de Dave Filoni y Favreau.
Son un universo y un legado tan extensos a estas alturas que pueden resultar un poco apabullantes para aquel que llegue de nuevas. El estreno de Star Wars: la mala remesa, junto con los proyectos cada vez más prometedores de Star Wars: Obi Wan Kenobi con Ewan McGregor y Star Wars: Andor protagonizada por Diego Luna siguen expandiéndolo. Los títulos tentadores para acercarse al universo galáctico siguen aumentando cada día que pasa. Eso, si no has sido absolutamente conquistado ya por el pequeño Baby Yoda y Pedro Pascal en The Mandalorian.
Para todos aquellos que estén mirando de reojo esta galaxia muy, muy lejana y no se terminen de atrever por no saber por dónde empezar o por miedo a no enterarse de la historia al no conocer los elementos principales hemos preparado esta guía para que no se pierdan nada.
Términos que debes conocer
Primero, los conceptos básicos: ¿Qué es la Fuerza? El término ha evolucionado. Cuando comenzó todo esto, era un concepto espiritual de todo aquello que unía lo que había en el universo. Tras el Episodio I entraron en escena los midiclorianos, unos seres microscópicos que se encuentran dentro de todos los seres vivos en simbiosis y gracias a los cuales se pueden entender los designios de la Fuerza. No todo el mundo puede interactuar con los midiclorianos.
De ahí que haya Jedi y Sith, personas que son sensibles a la Fuerza y pueden utilizarla. Los primeros tienen un código muy férreo que impide tener ataduras personales -un poco como los monjes-, lo cual trae más tarde unos cuantos problemas bastante serios. Además, usan el lado luminoso de la Fuerza. Los segundos –mucho más amantes de las capas dramáticas en color negro- se ponen muchos menos límites, pues para eso son los malos y utilizan el lado oscuro.
Tanto los Jedi como los Sith tienen aprendices o padawans que eligen desde niños para que aprendan los caminos de la Fuerza. Esto no quita que, de vez en cuando, se les escape alguno del radar y lo tengan que entrenar más de mayor, lo que suele traer también todo un nuevo abanico de complicaciones. Que les pregunten a Qui Gon y a Ben Kenobi.
Durante la mayor parte de la franquicia, a excepción de los Episodios I, II y II y la serie Star Wars: Las guerras clon, estos guerreros tan poderosos no son considerados en gran parte mitos. ¿Por qué? Porque durante la guerra entre la República y los rebeldes (que luego serán el Imperio) Darth Sidius, Palpatine para los amigos, activó la Orden 66. Esta directiva eliminaba la voluntad de los soldados clones del ejército de la República y les daba la orden de eliminar a todos los Jedi. A estas alturas del juego, sabemos que los Sith llevan mucho tiempo casi desaparecidos –solo quedan Sidius, Doku y sus aprendices- y los Jedi, tras este genocidio, se quedan en números rojos y pasan a esconderse.
Si eres de los buenos probablemente volarás en el Halcón Milenario o en un X-Wing. Los malos son más de Destructores Imperiales y Estrellas de la Muerte (que como su propio nombre indica son capaces de eliminar planetas enteros de un solo disparo). Y cuidado si te cruzas con un mandaloriano. Los hijos de Mandalore son un grupo nómada basado en clanes compuesto por varias especies cuya cultura se basaba en la idea de la guerra y la batalla. Tienen un código muy estricto, bastante querencia por decir «Este es el camino» y normalmente trabajan de mercenarios o cazarrecompensas.
Pero, ¿por qué están siempre en guerra o en entreguerras?
En el terreno sociopolítico, primero tenemos una República condenada al fracaso. Básicamente porque ha dejado entrar a su mismo corazón a un Sith sin darse cuenta. En principio se enfrenta a la Federación de comercio que son unos personajillos verdes que venderían a su madre si hacerlo les diera beneficios. Pronto esa Federación se convierte en los ‘rebeldes’ y cuando terminan las Guerras Clon –llamadas así por el ejército de clones de la República- en el Imperio. Aquí estaríamos en los tiempos de los Episodios I a III.
Este Imperio campa a sus anchas muchos años, pero eso no significa que nadie se enfrente a esta enorme maquinaria de poder. Star Wars va principalmente de esperanza y de plantar cara a la injusticia, aunque te venga grande. Así que ahí está la Alianza Rebelde encabezada por Leia Organa y compañía. Estos son elementos que rigen los Episodios IV a VI y Rogue One: Una historia de Star Wars, por ejemplo. Y por supuesto, en estos años se situarán también Star Wars: Andor y Star Wars: Obi Wan Kenobi.
En la nueva trilogía, nos encontramos que la Alianza Rebelde se ha transformado en la «Resistencia», brazo militar de la Nueva República que combate a la «Primera Orden», una agrupación marcial nacida e influenciada por los restos del Imperio Galáctico. En estos años de entreguerras tienen lugar The Mandalorian, así como la inminente Star Wars: El libro de Boba Fett.
