Buscar
Buscar

‘Los Simpson’ siguen en su temporada 31 con un ojo puesto en los mecanismos clásicos

(Fuente: Disney+)

Los Simpson ha llegado al conglomerado Disney sin muchos fuegos artificiales, pero cumpliendo. Varios años de atonalidad y comedia poco inspirada han provocado una bajada palmaria de las expectativas puestas en la serie de Matt Groening, por lo que tampoco había muchas razones para suponer que la entrada de la franquicia en la empresa de Mickey Mouse fuera a provocar un cambio radical en su trayectoria. Y así ha sido: hace poco se estrenó en Disney+ la temporada 31 con dos episodios, a los que seguirá otro par cada semana, y la cosa sigue un poco como siempre.

El capítulo que da el pistoletazo de salida a esta última entrega, El invierno de nuestro contenido rentabilizado, en el que Homer y Bart se convierten en hacedores de vídeos virales, tiene el ojo puesto en un asunto que lleva con los Simpson desde su origen: la metatelevisión. Al principio, la familia vivía igual que nosotros, los espectadores, en órbita en torno a la pequeña pantalla y su capacidad de unión. En los últimos años, sin embargo, el alcance de ese comentario con doble fondo se ha extendido a los muchos otros relieves que componen hoy el paisaje de los medios de comunicación.

Hemos paladeado desde las archiconocidas referencias cinematográficas a aventuras con un especial protagonismo de estos medios, como en aquella visita al E3 (23×05). Con los años, de los dos acercamientos posibles a este tema que se me ocurren, la serie ha ido escorándose hacia uno, la sátira, y alejándose del otro, la parodia, sobre todo al representar soportes y lenguajes tan nuevos como el de los vídeos virales. Da la sensación de que, por miedo a que no se entienda el chiste concreto y tangible que sí sería certero con una parodia de El padrino, por ejemplo, la serie huye cada vez más del propósito humorístico para pertrechar una ambición figurativa, retratista.

Al segundo de los episodios estrenados, Hazlo a lo grande o hazlo a lo Homer, le ocurre lo mismo. Lo atraviesan ecos de historias pasadas, de tramas que creemos haber visto alguna que otra vez en la serie. Este, sin embargo, se llevó una nominación a los premios del Writers Guild of America por un guion que gira en torno a Mike, un becario sin sueldo de la central nuclear de 35 años que idolatra a Homer y quiere aprender el oficio a su lado. Que yo recuerde, ningún otro personaje ha desempeñado ese papel, pero la situación despide una mezcla de aromas familiares (Frank Grimes, Bob/Krusty…) que nos recuerdan a otras historias cuyos desenlaces aún hoy colean. Por el contrario, cuesta pensar que nadie vaya a recordar lo visto en este capítulo pasados unos días.

No hay que perder la esperanza. Los hitos más comentados de la temporada –que ya se ha visto en los Estados Unidos– están aún por llegar, entre ellos un terrorífico especial del Día de Acción de Gracias y una presentación con honores de los personajes del universo Marvel, ahora también arrendados en el suburbio de Evergreen Terrace. Los showrunners dicen sentirse más libres ahora, trabajando para Disney, pero puede que no lo notemos hasta pasadas algunas semanas. Para esta primera temporada bajo el paraguas del conglomerado, la serie debe tener presentes los mecanismos clásicos sin dejar de marcar la diferencia entre la renovación y la autoindulgencia. Seguimos navegando.

La temporada 31 de ‘Los Simpson’ puede verse en Disney+, con dos episodios nuevos cada viernes.

Further reading

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando, está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pulse el enlace para más información. ACEPTAR

Aviso de cookies