Lola Rodríguez, como Valeria Vegas en ‘Veneno’. (Fuente: Atresmedia)
Nuestro compañero Álvaro Onieva escribió esta semana una columna preciosa sobre la importante labor que hace la serie Veneno al demostrar con su elenco de ensueño que, si no tenemos actrices trans en nuestras pantallas, es porque quienes están en posición de poder no tienen interés en abrirles las puertas. Es así de simple. Y así de triste.
Parece que a quienes deciden les da igual continuar perpetuando esta situación al elegir sus repartos. Tienen así la misma responsabilidad que los medios de comunicación en la creación de la espiral del silencio que propuso la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en 1977, porque la ficción también construye referentes y, como dice el personaje de Valeria al final del primer episodio de la serie: “Marca la línea entre lo socialmente aceptado y lo que no, porque pueden transformar los prejuicios en empatía, la oscuridad en luz, y hacer visible lo invisible (…) De lo que no se habla no existe. Y lo que no existe, se margina”.
Sobre esta necesaria visibilidad, Javier Calvo, uno de los creadores de Veneno, escribió en su cuenta de Instagram un texto muy bonito, en el que expresa por qué quiere que esta serie sea un éxito, y es algo realmente importante: “Me gustaría que se demostrara que una mujer como Veneno puede ser la protagonista de la historia. Que un elenco maravilloso de mujeres trans que brilla, emociona y hace reír puede llegar a todo el mundo”. Efectivamente, con solo un episodio, Veneno demuestra que mujeres como Cristina y Valeria merecen ser las protagonistas y no una simple anotación al margen en las historias de otros. Con solo un episodio, Veneno nos emocionó y nos hizo reír, sin duda, tiene lo que hace falta para llegar a todo el mundo. Ahora, necesitamos que les llegue.
Entiendo la estrategia del modelo de pago y se ha estado promocionando la serie en la programación habitual de Antena 3, pero ojalá Veneno se pudiese ver en horario de máxima audiencia y en abierto. Ojalá lo que está por conseguir traspase las fronteras del grupo de comunicación que la produce, que se genere una conversación que nos haga crecer a todos como sociedad, que tal como hacen en Estados Unidos, las cadenas de televisión españolas le perdieran más el miedo a invitar a sus programas a los protagonistas y creadores de series de la competencia. Ojalá pudiéramos ver los Javis pero, sobre todo, a Isabel Torres, Daniela Santiago, Lola Rodríguez y Jedet recorriendo los platós, como las estrellas que son, generando en todos la necesidad de verla, porque esta no es una serie de nicho.
Quiero que los que veamos Veneno no seamos solo los que ya estábamos dispuestos a verla, aquellos que sabemos que muy mal tendrían que salir las cosas para que la serie no nos encante. Esta es una oportunidad para que personas que no han tenido la suerte de escuchar comentarios positivos cuando veían a Cristina en la tele -como los de los padres que interpretan Goya Toledo y Xavi Guallar en la serie-, ni nunca se han cruzado historias como estas en pantalla, puedan encontrar referentes de esos que te cambian la forma de ver la vida.
La serie de los Javis lo tiene todo para ser una de las mejores ficciones españolas del año, desde luego, será difícil que haya una más bonita, pero necesitamos que salga de nuestra burbuja y llegue al máximo público posible para romper la espiral del silencio, porque Veneno, como dice Valeria, tiene el poder de transformar los prejuicios en empatía y la oscuridad en luz.
Ya puedes ver FDS Directo con los Javis (‘Veneno’)
Y entonces ‘Veneno’ demostró que sí había actrices trans
El casting no debió ser un proceso fácil, pero valió la pena: por el talento y por cómo refuerza el discurso de la…fueradeseries.com