Roger y Brianna, en la quinta temporada de ‘Outlander’. (Fuente: Movistar+)
Aunque tenga un componente de aventuras históricas y de novela romántica, Outlander es una serie sobre viajes en el tiempo. Claire, su protagonista principal, es una mujer del siglo XX viviendo en el XVIII y, aunque intenta pasar desapercibida, no puede evitar que sus conocimientos del “futuro” influyan en muchas de sus acciones. En esta quinta temporada en la que tenemos otros dos viajeros temporales, Roger y Brianna, se ha vuelto más común que entre ellos hablen sobre si deberían aplicar dichos conocimientos para cambiar la parcela de la Historia que les concierne directamente.
También se ha convertido en algo habitual que, para destacar lo fuera de lugar que Roger está en la Carolina del Norte de 1770, se dedique a cantar canciones que eran grandes éxitos en su época, a finales de la década de 1960. En el primer episodio lo hizo con Love, un clásico popularizado, entre otros, por Nat King Cole, y en el segundo se puso a cantarle al pequeño Jemmy un tema aún más particular: Joy to the world, de Three Dog Night.
Esa canción es más conocida por su primer verso, “Jeremiah was a bullfrog”, que por su título, y es una habitual de muchas series y películas. Reencuentro, quizás, es una de las más conocidas, pero los aficionados a las ficciones televisivas probablemente la recordarán por Perdidos y aquella furgoneta hippie que Hurley conducía. O porque Scully se la cantó a Mulder una vez que ambos estuvieron aislados en un bosque en Expediente X.
Que Roger conozca la canción, por otro lado, sitúa su viaje al pasado en 1971, que fue el año en el que Three Dog Night la publicó, siendo uno de sus mayores éxitos.