Durante la madrugada del domingo 28 de febrero al lunes 1 de marzo tendrá lugar la 78ª edición de los Globos de Oro, unos premios siempre polémicos que, si en el apartado de cine siempre van acompañados de la muletilla de “la antesala de los Oscar”, en televisión simplemente suelen ser más gamberros (y a veces absurdos) que los otros grandes galardones del medio, los Emmy. Y como en Fuera de Series nos encanta una fiesta -aunque este año no habrá alfombra roja, snif– estaremos comentándolos en directo y, antes, vamos a repasar en la web quiénes son los candidatos que más papeletas tienen para ganar, empezando por los nominados en las categorías de drama.
La opción, digamos, más “académica” estaría clara: de todas las candidatas, The Crown es la serie indiscutiblemente “buena” que nadie podría oponerse a que resultase ganadora. Sin embargo, los Globos de Oro son unos premios que apuntan mucho hacia la novedad y rara vez repiten ganadores: la serie de Netflix sobre la familia real británica ganó el premio de mejor drama en 2016 y no lo hizo con sus dos siguientes nominaciones, así que podemos aventurar que este año pueden dejarla también en el banquillo en la categoría reina.
Pero aunque hagamos este descarte, la apuesta no resulta fácil, ya que no hay entre las demás nominadas una que destaque muchísimo sobre el resto. Quizás esa un poco sí sea The Mandalorian, una serie que no consiguió nominación por su primera temporada pero que con la segunda, en la que se ha afianzado, podría ser la sorpresa de la noche. Y ya sabemos que si algo le gusta a los Globos de Oro es coronar a “esta serie que jamás ganaría en los Emmy porque son unos anticuados”. Ojito entonces con la de Disney+.
¿Y el resto qué opciones tienen? Sería, desde luego, curioso ver cómo gana Territorio Lovecraft en una noche en la que los nominados no-blancos brillan por su ausencia, incluyendo al elenco de la serie, pero la serie ha gustado y disgustado a partes iguales, así que sería una opción arriesgada. Por otro lado, Ratched no tuvo críticas excesivamente buenas y, aunque a mí sí me gustó, creo que sería rarísimo que ganase; mientras que Ozark es una serie que es cierto que ha ido creciendo en repercusión y reconocimiento -partía como una Breaking Bad de baratillo- pero darle el premio con su primera nominación igual es demasiado pedir.
Si creemos que The Crown puede quedar fuera de juego en la categoría principal de drama, no será así en las interpretativas. La opción más fácil, por supuesto, es dárselo a la oscarizada Olivia Colman, pero es incluso más probable que los Globos de Oro, en su afán por descubrir a nuevos talentos hagan subir al escenario a Emma Corrin y Josh O’Connor; desde luego, sería un momentazo para la noche. Entonces, ¿quiénes son sus mayores rivales?
Con una Killing Eve decayendo en prestigio y Jodie Comer habiendo recogido premios por doquier, así como con una Sarah Paulson que no está en su serie más laureada, la opción más a tener en cuenta entre las actrices es Laura Linney, cuya interpretación en Ozark es de lo más celebrado de la serie, amén de ser una actriz con una fuerte trayectoria.
Entre los hombres, sería una broma pesada que ganase Al Pacino por Hunters (ya lo es su nominación) y Jason Bateman, aunque también muy querido, no parece caballo ganador. Un premio para Matthew Rhys podría ser una forma de reparar el poco caso que le hicieron los Globos de Oro durante la vida de The Americans -fue nominado solo dos veces y nunca ganó-, aunque dárselo por una serie que ha calado tan poco como Perry Mason tal vez no sea la mejor idea. Y entonces llegamos al verdadero candidato: Bob Odenkirk es el eterno nominado por Better Call Saul, pero rara vez el ganador, porque siempre hay alguien más novedoso que él a quien destacar; quizás sea el momento de que cambie su suerte.