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Real Estate Porn: Casas de series que nunca podremos pagar

(Fuente: Hulu)

Dicen los expertos en la materia que con la pandemia nuestros hábitos en la compra y alquiler de vivienda han cambiado. Ahora buscamos lugares con espacios mayores, grandes patios y terrazas. No les voy a quitar la razón, pero lo que a mí me encantaría es vivir y poder costearme uno de esos casoplones que salen en las series. Y si Reese Witherspoon me hace un intercambio de casas, mejor. No hay proyecto en el que trabaje la ganadora del Oscar por En la cuerda floja en el que no veamos una casa, mansión, apartamento, loft o el tipo de vivienda que elija, que haga al espectador (yo) suspirar por ella. De producir series con casoplones Reese sabe un rato. Lo mismo que de interpretar casi siempre al mismo personaje y quedarse solo en la nominación.

En Little Fires Everywhere protagoniza un interesante duelo interpretativo con Kerry Washington: dos mujeres empoderadas con diferentes visiones de la educación familiar. ¿Y casoplones? Por supuesto. En especial la de Elena Richardson -Whiterspoon-, que juega un papel importante en la historia. Pese a que la ficción, basada en el best seller de Celeste Ng, tiene lugar en Shaker Heights, Ohio, esta vivienda de los años 20 construida en estilo Tudor está localizada en Los Ángeles. Concretamente en el 511 South Muirfield Road en Hancock Park, y ha servido de casa en otras tantas series, al menos su fachada, como: Soap, Shameless, Grace and Frankie, Love o The Last Tycoon. La mala noticia para aquellos que quisieran vivir en el interior de este hogar decorado con estilo noventero es que se trata de un set de rodaje situado en Los Ángeles, y algo de fresco por el techo te va a entrar.

Monterrey, ciudad de casoplones, ¿dígame?

(Fuente: HBO)

El grupete de amigas a la fuerza -pijísimas ellas- que se montaron Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Laura Dern, Shailene Woodley y Zoe Kravitz en Big Little Lies no tenía a bien vivir en humildes moradas. En lugar de residir en un apartamento con un par de habitaciones donde hacinarse en verano, como hacemos todos cuando vamos a la playa, ellas deciden aliviar sus pesambres en mansiones, bungalows cuquis, casas de estilo nórdico o rollo natural en Monterrey. Que para eso es una serie producida por Reese con Emmy de por medio. Pero, querido lector ávido de información, tan solo la “casita” de Celeste (Nicole Kidman) se localiza en la fascinante bahía de Monterrey, California, cuyo precio es de 6 millones de dólares.

El resto de viviendas son retales de otras localizaciones diseminadas por la costa californiana y con precios bien distintos, a la sazón: la mansión de Renata (Laura Dern) situada en Malibú tiene un módico precio de 12,4 millones de dólares; el bungalow de Jane (Shailene Woodley) se encuentra en Pasadena; la pijipi vivienda por valor de 2,6 millones de dólares de Bonnie (Zoe Kravitz) la podemos encontrar en la excluyente Calabasas, y la que más te va a tocar el bolsillo es la de Madeline (Reese, claro). Situada en Malibú, esta mansión con playa privada alcanza la friolera de 14,8 millones de dólares. Aunque rascándote el bolsillo un poco puedes alquilarla por 3.000 dólares la noche. Eso no es dinero.

‘The Morning Show’, del plató al lujo de Manhattan

(Fuente: Apple TV+)

Más allá de las residencias de Nicole Kidman y Hugh Grant en The Undoingun adosado del Upper East Side construido en 1878 junto a Central Park por valor de 30 millones de dólares- y del clan de los Roy en Succession, de quienes se puede hacer un artículo solo con las viviendas que salen, los helicópteros para jugar al béisbol o sus jerséis, la Nueva York más posh la podemos encontrar en otra de las series de la Witherspoon, The Morning Show, especialmente en los domicilios de los amados presentadores del matinal, Mitch Kessler (Steve Carrell) y Alex Levy (Jennifer Aniston), hasta que se destapa el tarro de las verdades y los acosos sexuales.

El ático que se gasta el personaje de Aniston ya lo quisiera yo para pegarme una fiesta postcovid como esa que acaba con ella y Billy Cudrup cantando un sensacional dueto. Situado en el complejo de las Perry Street Towers entre los números 173 y 176 de la Calle Perry en el Greenwich Village, este tríplex de lujo y unas vistas preciosas al Hudson fue construido por Richard Meier y la última vez que estuvo a la venta fue en 2010 con un valor de 25 millones de dólares.

(Fuente: Apple TV+)

Sin embargo, el picadero que Mitch tiene en la ciudad es el domicilio que a efectos de seriéfilo me tiene más pillado, ya que me sonaba de algo. Una vez más, nos hacen pensar que este ático se encuentra en Nueva York cuando, como una gran cantidad del rodaje de la serie de Apple TV+, está rodada en Los Ángeles. En concreto en el 1050 South Grand Avenue, más conocido con el Ten50.

Los más detallistas no habrán dejado pasar que esta residencia de 1.200 m2 y ventanas de 10 metros ya fue residencia de otras dos grandes actrices. En la tercera temporada de Westworld, la vivienda sirve de morada para Tessa Thompson en el episodio The Absence of Field de la serie de HBO. Y para rematar la historia de Carrie Mathison, es en este apartamento donde vemos los últimos retazos de Claire Danes en el episodio final de la serie Homeland.

Qué bien huele en esta casa

(Fuente: NBC)

Mi gran debilidad en esto del Real Estate Porn son las cocinas, ese espacio en el que suceden muchas de las historias en un episodio y en la vida real. Tengo predilección por ver cómo son esas islas y fogones en los que cocinan, los utensilios o electrodomésticos que usan y, en especial, la comida que preparan.

En Hannibal todos esos platos con una pinta deliciosa -para qué engañarnos- estaban asesorados por el chef español José Andrés. Los trampantojos culinarios con los que nos deleitaba el personaje de Mads Mikkelsen pueden aplicarse a los interiores de su casa y oficina igualmente. Pese a que la fachada existía realmente en el 71 Simcoe Street en la ciudad de Toronto, y no en Baltimore donde se desarrolla la historia de los libros de Thomas Harris, el interior de las mismas son decorados. Ahora que se oyen rumores, desde aquí pido que vuelva la serie de Bryan Fuller.

(Fuente: Apple TV+)

La otra cocina que me ha alucinado últimamente ha sido la que regenta Sean (Toby Kebbell) en Servant, aunque realmente la serie producida por Shyamalan es la que me ha tenido loquísimo con su historia. Qué afán tiene esta gente con el vino, casi tanto como con el drama familiar, aunque me parece lógico teniendo esa bodega en el sótano, una despensa que ni El Bulli y una cocina con más actividad que una bocatería un sábado noche de los de antes del toque de queda. Qué tiempos.

Al igual que la serie de nuestro caníbal favorito, los interiores de la casa de los Turner en Servant fueron creados en una antigua fábrica de pinturas en Bethel Township, Delaware. No obstante, y para que siga siendo producto marca registrada de Shyamalan, la fachada de la casa fue grabada en el centro de la ciudad de Filadelfia entre las calles Spruce y la 21.

La casa de la jubilación

(Fuente: ITV)

¿Quién no ha soñado con retirarse del bullicio de las ciudades y su estrés al campo, la montaña o el mar?, ¿huir de la civilización y refugiarse en la naturaleza, la lectura y las personas de un pueblecito con encanto? En 2014 viajé por toda la isla de Sicilia y entonces decidí que me jubilaría en la hermosa ciudad de Taormina, cerca del monte Etna. Esto mismo pueden imaginar todos aquellos que han seguido las andanzas de Los Durrell por la paradisíaca isla de Corfú e ir a jubilarse a Grecia.

La valoración de la serie es unánime por todos los que la han visto: “estoy enamorado de ellos” o “es una serie para quedarse a vivir” suelen ser los comentarios que se escuchan. Al que escribe le fascinaría acabar sus días en una villa como la de la familia de Keeley Hawes, incluso con toda su cochambre y defectos. Ahí es donde reside el encanto de una casa como esta. Lo malo de esta idea es que la fachada está rodada en la Villa Annemoyani en la zona de Govia y no se puede vivir en ella. Además, si sois de los que os gustan los interiores de la vivienda, sabed que son parte de un set de grabación en Ealing Studios, Londres. Adiós al sueño de Corfú. Aunque siempre nos quedará Taormina.

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