Cristina Castaño es una de las protagonistas de ‘Toy Boy’. (Fuente: Atresmedia)
Toy Boy ha tocado fondo. La serie de Antena 3 anotó ayer su mínimo histórico de audiencia con 927.000 espectadores y un escaso 6,6% de cuota de pantalla frente al regreso de La que se avecina que fue seguido por 2.456.000 televidentes y un 18,9% de share, superando así a su competidora en 12,3 puntos, y con MasterChef Celebrity llevándose la noche con 2.530.000 espectadores y 20,8% de share.
Así, la cadena de Atresmedia confirma una mala racha con sus títulos de ficción que se remonta a varios años. Con una media de 1.191.000 espectadores y un 8,8% de share, la última serie de estreno de Antena 3 ha tenido una trayectoria descendiente, desde el dato de su aceptable estreno (1.849.000 espectadores y 13,6% de share) hasta el de anoche. Sin embargo, no es el único batacazo del canal.
Cuatro años en crisis
A principios de año, Matadero llegó fuerte pero se desplomó hasta promediar 1.770.000 espectadores y 12,1% de share, mientras que a los otros dos estrenos no les fue mejor: 45 revoluciones fue la serie menos vista en la historia del canal con una media de 630.000 espectadores y 4,2% de share y Pequeñas coincidencias cerró con 1.011.000 espectadores y 9,9% de share de media. Por su parte, la última temporada de Allí Abajo fue la menos seguida de la serie, con 1.959.000 espectadores y 12,5% de share, si bien esta al menos se acercó a la barrera de los dos millones de media.
2018 no fue mejor para la cadena. Apaches inauguró aquel año bajo mínimos (1.310.000 y 8,5% de media) y ni Cuerpo de Élite ni Presunto Culpable consiguieron cifras lo suficientemente altas como para ganarse una segunda temporada, a pesar de que estaban planteadas con esa posibilidad. En el otro lado de la moneda, La catedral del mar tuvo cifras decentes pese a sufrir un fuerte desgaste y Fariña se metió en el bolsillo a la crítica aunque se despidió de sus emisiones en lineal también con datos rasos. En el año anterior, 2017, tampoco brillaron Pulsaciones, La casa de papel (que no se convirtió en hit hasta su salto a Netflix), El incidente ni Tiempos de guerra, y en 2016 fueron Buscando al norte y La embajada las que pasaron sin pena ni gloria.
Andrea Duro y Aitor Luna en ‘La catedral del mar’. (Fuente: Atresmedia)
¿Y qué hay de la competencia?
Pero, ¿es un mal que solo afecta a Antena 3 o también lo sufren sus rivales? Si bien es cierto que, en general, la ficción propia está pasando por un mal momento en la televisión en abierto, y tanto Telecinco como La 1 han tenido fracasos recientes (Ella es tu padre o Brigada Costa del Sol de una, y Sabuesos u Hospital Valle Norte de la otra, son algunos ejemplos), también han podido establecer marcas sólidas.
Por un lado, el canal de Mediaset tiene La que se avecina y el de Televisión Española Cuéntame cómo pasó, las dos únicas series de prime time decanas que sobreviven en la parrilla. Por otro, ambas cadenas han conseguido lanzar series con una respuesta de público suficiente como para renovarlas por otra temporada, La Caza. Monteperdido en La 1 y Vivir sin permiso en Telecinco (no es el caso de Señoras del (h)AMPA, renovada antes de conocerse el resultado de audiencia, que no fue satisfactorio). En Antena 3 nos tenemos que remontar a 2015 para encontrar la última hornada de series renovadas por al menos una segunda temporada: Bajo sospecha, Allí abajo, Vis a vis y Mar de Plástico. Pequeñas coincidencias ha sido renovada por Amazon, a pesar de su mala recepción en abierto.
Y aunque, como decimos, la caída de audiencia en las series de ficción es un mal generalizado, esta crisis es más acuciante en un canal como Antena 3 que ha buscado ligar su imagen a su sello de ficción, a diferencia de un canal como Telecinco cuyo punto fuerte siempre fue apostar por los realities y el entretenimiento en directo.