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Recuperar el caso Nevenka es tan importante como hacerlo con Lewinsky o Bobbit

(Fuente: Netflix)

El caso de Nevenka Fernández saltó a los medios de comunicación en el mismo momento en que ella convocó una rueda de prensa para denunciar públicamente el acoso al que la había sometido su alcalde, el de Ponferrada, quien también era compañero de partido. Tras el micro había una mujer joven y bonita que meses atrás había aceptado mantener una relación sentimental con el denunciante; era carne para comentarios en la televisión en los que se dirían cosas muy parecidas a las que oímos en el caso de Monica Lewinsky o en el Lorena Bobbit.

Nevenka vuelve a estar de actualidad porque esta semana Netflix recupera su historia con una serie documental de tres episodios, que lleva por título su nombre, dirigido por Maribel Sánchez Maroto y producido por Newtral. Por lo que pasará a la historia es porque, tras un montón de tertulias y manifestaciones de apoyo al denunciado, Nevenka Fernández fue la primera española en lograr la condena por acoso sexual de un cargo político, Ismael Álvarez. Como en los anteriores ejemplos citados, eso es solo parte de lo que debemos recordar. Y es que este caso recupera un pasado muy reciente (corrían los años 2000) que nos saca los colores y que es muestra de muchos comportamientos, como poco, cuestionables.

Ponferrada se encontraba por aquellos entonces en unos años muy dulces para el Partido Popular, el mismo que es descrito en Muerte en León. En ambas series se nos habla de lugares pequeños con gran poder político en su comunidad donde las alcaldías estaban en manos de alguien con carácter fuerte que no dudaba en mostrarlo públicamente. En Nevenka, además, ella era concejal de la ciudad y al principio estuvo dispuesta a tener una relación con el que luego sería su acosador. Pero la cosa cambió y, lejos de aceptarlo, Ismael Álvarez comenzó un hostigamiento que posteriormente fue probado en los tribunales. Eso en sí ya es histórico.

Lo que lo distancia la anécdota del caso único es la reacción que despertó. ¿Una chica bonita y joven denunciando a un superior? «Algo querrá». La denuncia de Nevenka hizo aflorar a una sociedad que cuando la víctima habla se le señala a ella, y en este caso su pecado fue ser bonita, pero hubiera dado igual de no serlo, porque otras excusas hubiéramos encontrado para hacer más difícil el camino. En perspectiva, lo que es más interesante de esa historia tiene poco que ver con la protagonista y mucho con una forma de hacer política y de comentarla. Y conviene no olvidarlo para no repetirlo en el futuro.

Nevenka’ está disponible en Netflix.

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