Tras varias semanas, los huéspedes de The White Lotus han concluido su estancia en el resort hawaiano de lujo, aunque algunos vuelven a casa mejor que otros. A lo largo de los seis capítulos que componen esta ficción de HBO España, creada por Mike White, conocemos en profundidad a sus personajes y vivimos junto a ellos cómo lo que parecían unas vacaciones tranquilas acaban convirtiéndose en días de auténtica pesadilla.
La tensión que se va tejiendo a lo largo de la aventura explota por los aires acabando con la vida de Armond, el gerente del hotel, a manos de su archienemigo Shane. Mientras, Tanya empieza una nueva y feliz etapa con su reciente amor dejando de lado a Belinda, que tiene que olvidar todo y recibir con una sonrisa a los nuevos huéspedes; Rachel acaba volviendo con Shane a pesar de saber que no es lo que desea en su vida; Paula y Olivia regresan a la casilla de salida, como si nada de lo que han vivido en Hawái hubiera pasado; y Quinn se escapa en el último momento para seguir descubriéndose en el paraíso. White explica cómo ha elegido el final adecuado para cada personaje y por qué el destino de Armond estaba marcado desde el principio.
La muerte de Armond era necesaria
Armond, el personaje de Murray Bartlett, tiene un gran recorrido a lo largo de la ficción. Lo que empieza como un profesional especialmente atento a cada detalle y dispuesto casi por completo a sus huéspedes, acaba con una persona totalmente desquiciada. Su continúo rifirrafe con Shane (Jake Lacy) lo lleva a tomar decisiones extremas cada vez más alejadas de la persona que conocimos al principio y, paradójicamente, acaba muriendo en ese hotel que le ha quitado la vida poco a poco y a manos de uno de los culpables de que así fuera. «Su muerte estaba diseñada desde el principio», comenta White, «Tenía que ser así. Armond tiene la mejor escena de su vida con un último acto de desafío y ahí yo estaba como: ‘Realmente no hay ningún otro lugar a donde ir desde aquí’, así que era el final correcto para él».
Ese último acto de desafío del que habla White acaba siendo una de las escenas más impactantes de la ficción, por no decir la que más. Después de ir creando un odio cada vez mayor por Shane, Armond entra en su habitación y decide que su forma de vengarse de este rico es cagarse en su maleta, literalmente. A pesar de que lo hicieron con CGI, el creador comenta que él y su equipo se plantearon si querían que se viera toda la acción o si sería demasiado grotesco para el espectador: «Tenemos que hacer que parezca real», concluyó, «Así que pasamos por un largo proceso para conseguir el tiro perfecto». El resultado final es una épica y explícita escena que no podremos olvidar, al menos durante un tiempo.
El devastador final para Rachel
Desde su llegada al resort, Rachel (Alexandra Daddario) parecía muy distinta a su reciente marido Shane. Él protagoniza tensas situaciones que se acercan más a las pataletas de un niño que a las reacciones de un adulto, lo que saca de quicio a Armond. Este comportamiento lleva a Rachel a distanciarse de su marido y, después de atravesar un difícil discurso interno, se da cuenta de que su destino no está de la mano de Shane. Ella no quiere ser una mujer florero, cuya vida esté marcada por los lujos que le puede pagar su pareja, mientras que ella no hace nada con su vida.
En una dura y sincera conversación, Rachel le comenta a Shane que ha sido un error casarse y que cuando está con él se siente sola. Lo que parece un adiós definitivo concluye con ella en el aeropuerto diciéndole a Shane: «Todo está bien. Estoy feliz, lo prometo. Seré feliz», aunque su cara indicaba justamente lo contrario. «Siempre supe que volvería con él», explica White, «Había algo en ella, incluso en la forma en que se acerca a él. Es como si quisiera obtener una respuesta, está tratando de que él le diga algo que la haga querer quedarse. Y creo que, para mí, es algo fiel a la vida misma».
El descubrimiento de Quinn
Desde que lo conocemos, Quinn (Fred Hechinger) es un adolescente pegado a una pantalla: los videojuegos y la tecnología ocupan todo su tiempo y es imposible que desconecte. Sin embargo, poco a poco vemos cómo empieza a darse cuenta de que hay vida más allá de una pantalla y acaba encontrando su lugar. Al final descubrimos que el joven no quiere volver a casa y, aunque sus padres insistieron en que eso no iba a ser así, él se escapa para continuar remando junto a sus nuevos amigos. «No sabía exactamente qué estaba haciendo con ese niño cuando empecé a escribir. En mi cabeza pensé que tal vez era Paula (Brittany O’Grady) la que se iba a escapar», desvela White, «Sin embargo, cuando comencé a construirlo me di cuenta de que, a parte de identificarme con Armond, también me identifico con Quinn. Pensé que sería interesante que fuera un joven sin mucha vida que tuviera una experiencia luminosa y que viera el regreso a su vida anterior como una especie de muerte».
Vuelta a empezar
Los primeros minutos de la serie descubrimos que esa historia traía consigo una muerte. No sabemos quién ha sido, pero tenemos la certeza de que van a ser una vacaciones especialmente agitadas. White afirma que, desde el principio, tenía claro que quería empezar con esa imagen del ataúd entrando en el avión porque «eso podía crear un poco de propulsión y atención por parte del espectador y permitiría dejarnos tener un tono más juguetón durante toda la serie».
Al final, después de descubrir que se trataba de Armond, volvemos al lujoso hotel para ver cómo los trabajadores reciben a los nuevos huéspedes que llegan. La historia vuelve a empezar, olvidando todo lo que ha ocurrido para ofrecer a los visitantes una experiencia inolvidable. Y aunque no parece que vayamos a volver al White Lotus, lo cierto es que veremos más aventuras de este tipo en la segunda temporada de la ficción. Serán nuevos protagonistas y estarán en un lugar diferente, pero con White al mando parece que es seguro que las vacaciones de ensueño acabarán siendo todo lo contrario.
‘The White Lotus’ está disponible en HBO España.
