(Fuente: Netflix)
Netflix tiene que renovarnos Un lugar para soñar. Esta sí. Con esta no vamos a sobrellevar una cancelación y menos tal y como han dejado el cierre de la segunda temporada. Y es que la serie ha dedicado nueve episodios a calentar el fuego para un final explosivo al que le falta medio capítulo: se queda en un coitus interruptus que promete una tercera temporada de consolidación con un arranque de infarto. Repasemos los tres puntos gordos por los que espero no tener que manifestarme ante la sede de la plataforma roja reclamando que vuelva la serie cuanto antes.
Hope McCrea y el doctor Mullins
(Fuente: Netflix)
La historia de estos dos es de esas que sabes que tiene que acabar bien, y lo hace. En esta segunda temporada por fin Hope se ha liberado de sus gruñidos y ha aceptado que está tan enamorada de Mullins como el primer día. Tras una pequeña confusión (por cierto, qué feo eso de mirar el contestador de tu pareja) se destapa todo, deciden renovar sus votos y nos dejan sin saber si la boda será el final de la temporada o su trama para la siguiente.
Y lo mismo nos llevamos una sorpresa, porque algo pasa. Mullins ha tenido que ir al médico, y no parece que sea por una tontería. ¿Una enfermedad, quizás un cáncer? Pinta que el próximo año vamos a tener que movernos entre la felicidad de un amor con final feliz y un paseo nada agradable. Un lugar para soñar suele apostar por dramas ligeros, de modo que podemos suponer que la sangre no llegará al río, pero a estas alturas ya no podemos asegurar nada.
(Fuente: Netflix)
Preacher Middleton y Paige
Mi pareja preferida está destinada a acabar con un drama que me haga llorar como una madalena. Ambos se merecen respectivamente, pero la presencia de Vince no tiene pinta de traer buenas noticias, y a Paige (Michelle) no parece esperarle un futuro optimista. Posiblemente el regreso de su hijo hará que no perdamos a Preacher y no se marche a San Francisco, pero no es suficiente.
Necesitamos que esta pareja pueda verse al fin, incluso si para ello les tenemos que despedir y asumir que vivan con otra identidad. El regreso de Un lugar para soñar no tiene pinta de darles paz a corto plazo, me temo que por delante aún tienen mucho que pasar y la promesa de Vince es clara: Paige pagará por lo que haya hecho. Y eso que aún no sabe que su ex-marido sufrió un accidente con malísimo pronóstico.
(Fuente: Netflix)
Melinda Monroe y Jack Sheridan
El final con más jugo lo reservaban para la última escena. Jack va cuesta abajo y sin frenos: sigue bebiendo, retando a todo el mundo y buscando pelea, pero quizás el camino no era pegarle un tiro en el estómago y habría podido bastar con un susto. Ante nosotros la duda evidente, ¿quién ha sido? ¿cuál de todos los problemas en los que se ha metido últimamente ha clamado por la venganza?
Tras dos años deseando que Jack y Mel no solo reconozcan que se aman, sino que lo acepten, en lugar de una sorpresa grata con una vida juntos se nos plantea una paternidad en la que no le dejan ejercer y una herida con muy mala pinta. Presumiblemente la de Netflix no hará que Mel vuelva a perder una pareja, pero tanto el estado de Jack como sus enemistades tienen todavía mucho que contar.
‘Un lugar para soñar’ está disponible en Netflix.