¿Quién miente y quién dice la verdad? Es una cuestión básica en cualquier guion de misterio, de thriller o en el true crime. El sospechoso y el inocente. Sin embargo, esa duda, razonable o no, ha ido permeando en los entornos más íntimos como la familia o la pareja hasta conformar una nueva tendencia televisiva: constituir dramas entorno a una acusación cuya veracidad se pone en tela de juicio.
Un ejemplo reciente es La mentira, una serie francesa en la que vemos cómo un político encarnado por Daniel Auteuil ve deshacerse su vida y su carrera cuando su nieto de nueve años le acusa de violación. De ahí nace un relato descarnado en el que se va revelando que esa mentira que da título a la ficción, recientemente estrenada en COSMO, está causada por el trauma del niño por la separación de sus padres. Y, entre tanto, el protagonista deberá luchar por la verdad y aliviar un daño irreparable.
La veracidad en las palabras de un niño es también el motor que mueve Que viene el lobo (cuya emisión terminó este mes en Movistar+). En este caso es una niña de 14 años y su acusación es por malos tratos y hacia su padrastro. Tras detectarse en el colegio la sospecha de violencia doméstica, se activan los protocolos de protección de menores y la familia se rompe, pero en el espectador se genera la misma duda: ¿podemos creer a Holly en lo que dice? Por delante, ocho episodios para descubrirlo.
Algo anterior es Creedme, una de las sensaciones de Netflix de 2019 que consiguieron colarse en las nominaciones de los premios más importantes. El título ya nos da una pista de que sigue esta tendencia. Su caso, tan difícil de digerir, estaba basado en hechos reales: mujeres que eran atacadas en sus propias casas, atadas y violadas. Pero lo más notable que puso esta ficción sobre la mesa no era el modus operandi del criminal, sino otro tipo de violencia contra las mujeres: la de los policías que, lejos de creer y arropar a la víctima, la cuestionan cuando esta denuncia la agresión que ha sufrido y buscan inexactitudes en su relato.
Ahí ponía también el foco La infamia, una propuesta de BBC galardonada en los BAFTA que llegó hace poco a Filmin. Esta abría su historia con la denuncia de violación de una joven de 18 años y dos casos similares que se estaban investigando. Y esa infamia del título en castellano (en inglés es Three Girls) se produjo cuando se consideró a una de las víctimas, que había sido violada con 15 años, como un testimonio no fiable, y pasarían cuatro años hasta que se hiciese justicia.
Aunque quizás la que puso la pica en Flandes en esto de cuestionar el relato de una presunta víctima fue Liar, aquella ficción de ITV que destacó con su primera temporada (la segunda ya no tuvo la misma recepción de crítica y público) donde se abordaba un suceso desde dos perspectivas enfrentadas. Tras una noche juntos, Laura aseguraba que fue violada por Andrew, mientras que él lo negaba. Consentimiento, secretos y ángulos opuestos se enredaban en un misterio de seis episodios en el que, como en las anteriores, desentrañar quién decía la verdad era la cuestión de fondo.
