A veces la realidad es demasiado atractiva como para no convertirla en serie de televisión y los catálogos de las plataformas de streaming están repletos de hechos históricos e historias reales de los que alguien dijo: «esto hay que convertirlo en una serie». La vertiente más oscura y truculenta de esta repentina inspiración la encontramos en las producciones basadas en asesinos en serie, de los que ya hablamos aquí, y en crímenes reales.
Estas producciones tienen como protagonistas personajes malévolos y terribles que nos hacen encogernos en el sofá, temiéndonos lo peor. Pero no podemos dejar de mirar, preguntándonos cómo acabará la historia e incluso la tensión puede llevarnos a recurrir a la sabiduría de Google. Si eres de los que disfrutas con estas creaciones tan adictivas como escalofriantes, hemos preparado una selección que te va a mantener pegado a la pantalla. Pero no nos hacemos responsables de los recelos sociales que estas historias despierten en ti.
The Act
Joey King (Fargo) y Patricia Arquette (Fuga en Dannemora) protagonizan esta miniserie que podemos encontrar en Starzplay y que cuenta la historia de Gypsy y Dee Dee Blanchard. La primera es una joven que se ve obligada a pasar sus días en casa por una misteriosa enfermedad, la segunda es su madre, que se dedica por completo a cuidar de ella y protegerla del atractivo que tiene la vida cuando eres adolescente.
Compuesta por ocho episodios, esta historia que recoge los mismos hechos que podemos ver en el documental de HBO Mommy Dead and Dearest, The Act le sirvió a Patricia Arquette para hacerse con el Emmy a la mejor actriz de reparto en miniserie en 2019. Y es que el retrato que hace de una mujer obsesiva que sufría el síndrome de Münchausen por poderes es espeluznante y el espectador no tarda en sentir absoluto desprecio por ella.
Así nos ven
Creada, escrita y dirigida por Ava DuVernay, esta miniserie de Netflix de cuatro episodios se adentra en uno de los sucesos más polémicos de la historia reciente de Estados Unidos: el ataque a una mujer en Central Park y el posterior encarcelamiento de cinco jóvenes afroamericanos. Ambientada a finales de los años 80 en un Nueva York que poco tiene que ver con el actual, esta producción refleja la discriminación racial presente en el sistema policial y judicial de la época a través de las vivencias de los cinco protagonistas. Una historia que más que atemorizar al espectador lo conmueve y enfurece a partes iguales.
Mindhunter
Más que basada en crímenes reales, esta serie de Netflix es un completo compendio de los asesinos en serie más terribles del Estados Unidos de los años 70. Y aunque su interés es más psicológico que criminal, es una de las producciones basadas en hechos reales más interesantes de los últimos años.
Jonathan Groff (Looking) y Holt McCallany (Blue Bloods) protagonizaron esta producción dirigida por David Fincher que hizo que el interés por los asesinos en serie subiese como la espuma, por muy terribles que fuesen. 19 episodios repletos de tensión en los que su atractiva apuesta visual y sus protagonistas, los detectives, son otros de sus principales valores.
Manhunt
El británico Martin Clunes está al frente de esta producción de tres episodios que podemos encontrar en el catálogo de Filmin y relata las investigaciones que se llevaron a cabo para resolver el crimen de Amélie Delagrange. Una joven francesa que fue brutalmente asesinada en un parque de Londres en 2004.
A pesar de su brevedad, esta miniserie basada en las memorias del detective que lideró la investigación se centra en el trabajo policial, que no termina cuando se detiene al culpable. Con la intensidad y la calidad propias de las producciones británicas, es la producción perfecta para una tarde de sofá provechosa.
Manhunt: Unabomber
Cuatro años antes de convertirse en Visión, Paul Bettany se puso en la piel del terrorista Ted Kaczynski, que en los años 80 aterrorizó Estados Unidos con el envío de cartas y paquetes bomba. Para dar con este escurridizo criminal el FBI contrató al analista de conducta James Fitzgerald (Sam Worthington), un hombre incansable que se dejó la piel para acabar con la terrible amenaza que vivía todo el país.
Compuesta por ocho episodios y disponible en el catálogo de Netflix España, esta trepidante persecución es también un interesante relato sobre las complicaciones con las que se encuentran los investigadores a la hora de dar con los criminales más dedicados. Y especialmente atractiva resulta la vertiente psicológica y caligráfica de la investigación, fiel reflejo del trabajo incansable que llevó a cabo Fitzgerald.
Manhunt: Deadly Games
Dentro de la antología norteamericana que llevó por título Manhunt, a Kaczynski le siguió una historia más actual y con un enfoque completamente diferente, la de Richard Jewell. En 1996, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, este agente de seguridad se encontró con una bomba que, gracias a su pericia, no causó víctimas mortales. Pero el héroe no tardó en convertirse en sospechoso por culpa de la presión a la que se vieron sometidos los agentes encargados del caso.
Cameron Britton, conocido por su trabajo en Mindhunter, fue el encargado de interpretar a Jewell en una historia que Clint Eastwood también llevó a la pantalla grande con el nombre del agente. La serie está disponible en el catálogo de Starzplay, tiene 10 episodios y es una excelente propuesta para adentrarse en el universo criminal desde una vertiente poco explorada, la del falso culpable.
Dirty John
Esta antología formada por dos temporadas que podemos encontrar en el catálogo de Netflix, se basa en el podcast estadounidense homónimo y narra las historias de dos criminales que causaron un enorme daño a sus familias.
La primera entrega, con Eric Bana y Connie Britton como protagonistas, se centra en la historia de Debra Newell y John Meehan. Tras los cuatro matrimonios fracasados de ella, se conocen por internet y comienzan una relación. Todo marcha sobre ruedas hasta que las hijas de Newell comienzan a sospechar de él, contratan a un investigador y descubren que tras su apariencia inocente se esconde un hombre con un amplio historial de abusos, acoso y violencia.
En la segunda Amanda Pett y Christian Slater interpretan a Betty Broderick y su marido Dan, una pareja que en los años 80 se convirtió en la comidilla de Estados Unidos por su sonado divorcio y los sangrientos acontecimientos que le siguieron. Esta nueva versión de una historia que ha sido llevada a la televisión en varias ocasiones está compuesta por ocho episodios, como su predecesora.
El pueblo contra O.J. Simpson: American Crime Story
Reconocida con nueve premios Emmy a la mejor miniserie, la primera temporada de la antología criminal de Ryan Murphy escogió como argumento uno de los sucesos que marcó la vida de los estadounidenses en los años 90: el asesinato de Nicole Brown y Ron Goldman a manos del exmarido de la primera, el actor y jugador de fútbol americano O.J. Simpson.
Con Cuba Gooding Jr. en el papel del principal sospechoso, esta producción cuenta con un reparto lleno de estrellas entre las que encontramos nombres como John Travolta, David Schwimmer y Sarah Paulson. Y es, simplemente, la miniserie criminal que debería servir de plantilla para todas las demás, porque lo tiene todo. Investigación policial, juicio, atención mediática, famosos implicados y un acusado que se resiste a afrontar la realidad. Disponible en Netflix y compuesta por 10 episodios, su visionado es obligatorio. Y su revisionado probablemente también.
El asesinato de Gianni Versace: American Crime Story
Otro de los crímenes más famosos de la última década del siglo XX fue el del diseñador Gianni Versace, ocurrido en la entrada de su mansión en Miami Beach. Con Édgar Ramírez interpretando al conocido modisto, la producción narra en sus nueve episodios la persecución de su asesino, Andrew Cunanan (Darren Criss), mientras relata el pasado de ambos y refleja los retos a los que se enfrentó la familia Versace en pleno duelo.
Junto a Ramírez, en el reparto nos encontramos a Penélope Cruz en el papel de su hermana Donatella y Ricky Martin como su pareja Antonio D’Amico. Nueve episodios intensos, tanto psicológica como cromáticamente, que si bien no llegan al nivel de su predecesora tampoco andan escasos de calidad.